jueves, 30 de julio de 2015

Dedicatoria de gratitud al padre Alfonso Gálvez




Le dedico al padre Alfonso esta "poesía", si es que se le puede llamar así, porque pienso que se la puede aplicar a sí mismo, con toda propiedad. Representa lo que ha sido y está siendo su vida, aquello por lo cual se ha consumido y se esta consumiendo:

Bregando sin descanso
mientras cumplo, a tu lado, mi faena …
aguardo, ansioso y manso,
con el alma serena,

compartir, tú y yo, la misma cena.

La inspiración para esta "poesía" surge del reconocimiento y de la gratitud, así como del cariño que siento por el padre Alfonso, con quien me he dirigido espiritualmente durante mi niñez y buena parte de mi juventud. Su influencia en mi vida ha sido decisiva, para conocer al Señor, "de verdad" (lo poquito que lo conozco) y para aprender a quererlo (aunque siempre estoy aprendiendo y nunca acabo de quererlo como Él merece ser querido)

La escucha de sus meditaciones, charlas y homilías me han hecho -y me siguen haciendo- mucho bien ... y lo mismo que a mí, a tantísima gente de buena voluntad que haya tenido la dicha de encontrarse con él o que, al menos, lo hayan escuchado.

Le doy gracias a Dios todos los días por haberlo puesto en mi camino. Poco le puedo ofrecer, a cambio. Pero eso sí: tiene todo mi cariño, mi corazón y mi amistad, además de mis continuas oraciones al Señor por él, de un modo muy especial.

José Martí

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