domingo, 11 de agosto de 2013

La mirada de amor, en San Juan de la Cruz


San Juan de la Cruz (Fontiveros, Ávila, 24 de junio de 1542 – Úbeda, Jaén, 14 de diciembre de 1591), fue un religioso y poeta místico del renacimiento español, reformador de la Orden de los Carmelitas y cofundador de la Orden de Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús. Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española. 

En 1567 fue ordenado presbítero en Medina del Campo, donde conoció a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una nueva sede de su «Reforma carmelita», los llamados carmelitas descalzos. Teresa convence a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden, que tropezó con una gran hostilidad por parte de los carmelitas calzados.


Por conflictos surgidos entre los carmelitas descalzos y calzados, la noche del 3 de diciembre de 1577 Juan de la Cruz fue raptado y conducido sigilosamente a la cárcel del convento de Toledo, donde sufrió tanto rigor y penuria que, después de ocho meses, decidió fugarse, descolgándose de noche por una ventana. Era la noche del 17 de agosto de 1578. Durante este periodo de reclusión escribe las treinta y una primeras estrofas del Cántico espiritual. 

En 1582 escribió la Noche oscura del alma, la primera redacción de la Llama de amor viva y la primera redacción del Cántico Espiritual (la segunda fue en 1588). La segunda redacción de la Llama de amor viva la escribió en 1591, el mismo año de su muerte.

El 28 de septiembre de 1591 va a Úbeda, "a curar de unas calenturillas". Es su última enfermedad. Unas llagas malignas en el empeine del pie acaban con su vida.. Cuando tocaban a maitines, sus últimas palabras fueron: "Pues yo me voy a cantarlos al Cielo". Sonaban las 12 y comenzaba el sábado, 14 de diciembre de 1591. Tenía 49 años cuando murió.

Fue beatificado por Clemente X el 25 de enero de 1675 y canonizado por Benedicto XIII el 27 de diciembre de 1726. Pio XI lo declaró Doctor de la Iglesia el 24 de agosto de 1926. Su fiesta se celebra el 14 de diciembre.

San Juan de la Cruz fue un hombre enamorado de Jesús, como se refleja en sus escritos y en su vida. Sus poesías, cuya fuente de inspiración fue el Cantar de los Cantares, tienen una perenne actualidad, tanto en lo literario como, sobre todo, en el aspecto religioso, de relación amorosa con Dios. 

Yo me he fijado, concretamente, en su Cántico Espiritual. Es tan bello este Cántico que habría que escribirlo todo entero de modo que llegara hasta lo más hondo de nuestro corazón y nos transformara. Trascribo, sin embargo, solo cuatro estrofas entresacadas del mismo, pues su contenido está relacionado, directamente, con la mirada del Amado (que es el asunto del que me he ocupado en los posts anteriores).


10. Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para tí quiero tenellos.              


11. ¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!         


22. Cuando tú me mirabas,
tu gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.    
       

23. No quieras despreciarme,
que si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme,
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.         

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