miércoles, 17 de julio de 2013

El encanto de tu mirada (24 a 26)

24. La luz que de sus ojos
al corazón atento le llegaba
quitaba sus enojos
y tal valor le daba
que ya temor ninguno le quedaba.



25. Mi sonrisa brotaba
al sentir en sus ojos la alegría;
ojos  que yo amaba,
porque en ellos veía
aquéllo que antes sólo lo sabía.



26. En la hermosa aventura
que es la vida, a su lado, no temía
hundirme en la espesura,
pues la luz que veía
en sus ojos, los míos encendía.


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